Aldana Micaela Pereira Aquino

La pandemia ha ocasionado que varios sectores tengan que asumir distintas modalidades para evitar el contagio. Uno de estos sectores ha sido el educativo, que ha adoptado la modalidad virtual para no frenar el proceso educativo y perjudicar a los estudiantes. Sin embargo, la virtualidad ha significado un reto muy grande para estudiantes y docentes que a su vez ha repercutido a nivel físico y emocional. En este artículo, damos algunos consejos dirigidos tanto a estudiantes como docentes para pasar las clases virtuales de la mejor manera.

  1. Crear un espacio de aprendizaje

Es necesario contar con un lugar específico para dar o pasar clases virtuales. Si no se tiene un escritorio o un espacio amplio, basta con una mesa y una silla ubicadas en un lugar que esté alejado de distracciones como la cama o la televisión. Ambos muebles deben permitir que la espalda esté recta y que no se haga mucho esfuerzo para leer. Este punto es importante no solo para evitar distracciones y estar más activo, sino también porque puede provocar problemas de espalda por mala postura.

  1. Definir herramientas de trabajo

La herramienta principal para la educación virtual es la computadora, sea esta de escritorio o portátil. Sin embargo, en el caso de usar un celular es recomendable usar un trípode o algún apoyo con libros o distintos objetos de la casa para poder adoptar la postura antes mencionada y evitar molestias en el cuello. Para usar cualquiera de estas herramientas, se debe verificar que funcionan en su totalidad, tanto el micrófono, como la cámara, la batería y la conexión a internet. Se recomienda hacer esta verificación por lo menos unos diez minutos antes de la clase para tener tiempo de avisar al docente, o los estudiantes, sobre cualquier inconveniente.

  1. Establecer horarios

Uno de los principales problemas en la educación virtual es que al no tener una división de espacios, se siente que todo el tiempo se está trabajando o estudiando. Por ello, se debe establecer un horario que visibilice las horas de estudio y de descanso. También, es importante tener descansos de cinco minutos entre labores, para estirarse o comer algo. Como docentes y estudiantes es importante establecer y respetar estos horarios para, por ejemplo, realizar consultas o asignar trabajos a entregar dentro de los mismos. Esto permitirá que se cree un equilibrio e inconscientemente se establezca una separación entre el hogar y lo académico, lo que permitirá un mejor desarrollo de las clases.

  1. Ser activos

Una de las cosas que más se extrañan de las clases presenciales es el contacto humano. Por esta razón, como estudiantes y docentes, hay que colaborar en recrear estos espacios de diálogo en el ambiente virtual. Prender la cámara ayuda a romper estas barreras de la virtualidad y a no sentir que solo se está frente a la computadora. Además, es necesario preguntar y despejar dudas para evitar que existan falencias en trabajos futuros. Para esto también es necesario crear un espacio seguro en el que tanto el docente como los estudiantes no tengan una actitud de crítica, sino de colaboración.

  1. Ser empáticos

Todos estamos pasando por la misma situación, pero con distintas circunstancias. Por ello debemos colaborar para que el proceso sea más simple para todos. Por un lado, se puede colaborar a los estudiantes o compañeros que se vean con problemas para entender algún tema o que no pudieron asistir a alguna clase por diversas razones. Por otra parte, ser respetuosos con la forma de referirnos a otros, pues no sabemos las situaciones por las que están pasando. Durante la clase se debe procurar no usar el celular o realizar otras actividades, pues es una falta de respeto a las personas que están interesadas en aprender o dar la clase.

Es evidente que la educación virtual ha visibilizado muchas deficiencias en la comunicación virtual. Por ello, es importante que durante todo este proceso se hable con los compañeros, docentes y/o estudiantes. Muchas veces existen algunas incomodidades de las clases virtuales que pueden ser fácilmente solucionadas con una charla que permita llegar a un acuerdo con todos los involucrados.

Esta situación está afectándonos de distintas maneras y es natural sentir cansancio y desmotivación, pero al compartirlo y comentarlo con diferentes personas, las mismas pueden apoyarse para salir adelante juntas. Es importante recordar que si bien se aprende de los aciertos, se aprende mucho más de los errores. Por tanto, concluiremos en que no hay problema si no todo sale exactamente igual a lo planeado, lo importante es seguir aprendiendo.