Edmundo López Arze
Las exposiciones y los exámenes son realmente un desafío. Seguramente te habrás topado con muchísimo contenido relacionado a cómo hacer una buena exposición. Incluso acá, en el blog, puedes encontrar material al respecto. Pero ¿Qué pasa antes? Bien, hay algo que se suele olvidar y dejar de lado al hablar de cómo exponer. Es común centrarse en el acto como tal. Sin embargo, es igual o más importante el día y las horas anteriores. Por eso, te presentamos 10 consejos para encarar esas horas día antes y que, junto con lo que ya hayas leído, tengas una exposición increíble.
- Duerme temprano la noche anterior
 
Es muy común estar tan nervioso(a) que decidimos repasar hasta muy tarde, incluso trasnocharnos. La verdad es que lo único que logramos con eso es estresarnos más. La noche antes de nuestra exposición debemos dormirnos relativamente temprano. Esa noche debe estar destinada pura y exclusivamente a descansar. Esto le dará un respiro a nuestro cerebro y permitirá clarificar nuestras ideas. Recuerda que, con un cerebro cansado o agobiado, pocas cosas funcionan
- Deja el material de lado a una hora prudente
 
Esto va muy de la mano con la idea anterior. No basta con dormirse temprano. También, hay que despejarse de todo lo que venimos haciendo. Te aconsejo que le dediques tiempo de estudiar y repasar hasta las 8 de la noche anterior. Así, tendrás un margen de unas dos horas para poder ver una película, leer algo que te distraiga, escuchar música o cualquier otra cosa que NADA tenga que ver con tu expo. Cuando llegue la hora de dormir, tu cerebro estará listo para descansar y no dormirás con ansiedad.
- El día de: Solo revisar detalles
 
No es una gran idea que el día de tu exposición vuelvas a estudiar. Esto te confundirá. te hará pensar en ideas que quizá no son relevantes y, también, hará que te enredes en tu exposición. El día de la exposición solo debes revisar detalles: Orden de temas, verificar la presentación, revisar tu material y listo. Recuerda que días anteriores ya estuviste preparando y estudiando. Ese día debe ser únicamente para lanzarse al éxito.
- No lo magnifiques ni satanices
 
Este, quizá, es el consejo más difícil de cumplir. Sabemos que el cerebro es duro de domar. Sin embargo, debes mentalizarte de manera positiva. Una exposición o un error en ella NO define quien eres. Recuerda que NADIE va a morir si te equivocas y mucho menos acabará el mundo. Una exposición es eso: exponer ideas sobre un tema. No magnifiques algo que tienes plena y completa capacidad de realizar con tranquilidad.
- Encararlo como una conversación cotidiana
 
Exponer suele desarticular nuestro cerebro. Debes encarar este acto como algo cotidiano para él. Es decir, imagínate que le contarás una anécdota a tu mejor amiga(o) o algún familiar al que siempre le cuentes todo. Quizá digas ‘‘sí, pero esa persona no me exige hablar de una forma y bla bla bla’’ Tienes toda la razón. Sin embargo, al encarar este acto de esa manera, estarás distendido. El resto simplemente fluirá y te quitarás la presión que implica algo que saca de rutina al cerebro.
- Y ¿minutos antes?
 
Algo que siempre será inevitable, es la ansiedad los minutos previos a exponer. Es una respuesta natural al sentirse examinado o evaluado. Es el miedo común al ‘‘qué dirán’’ versión académica. Lo ideal es que distiendas y encares ese nerviosismo. Escucha música que te lleve a otras situaciones. Toma agua, pero no abuses. De lo contrario el llamado de la naturaleza te distraerá. Mastica un dulce, eso relajará tus facciones.
- Jugar puede ser importante
 
Jugar antes de exponer ¿en serio? ¡Sí! Pero no es lo que crees. No debes llevar tus legos, Max Steel o Barbies a la universidad y ponerte a jugar antes. Busca un lugar donde puedas estar a solas y tranquilo. Estírate como si fueras a realizar una rutina de ejercicios, es muy importante. Empieza a jugar con tus gestos, haz caras, expresiones, distorsiones, etc. Esto relajará tu cara y evitará que te trabes. Fuerzate a bostezar un par de veces. Eso siempre relaja por completo. Y ahora, lo más importante, empieza a saltar en tu lugar, con tu cuerpo suelto, cierra los ojos y respira profundamente. Haz esto durante unos 20 o 30 segundos. Así, estarás completamente relajado(a) para exponer y todo fluirá.
Recuerda que no hay una fórmula secreta. Nada de esto te será útil si realmente no preparaste nada. El secreto está en hacer las cosas con tiempo y dedicación de manera que la ansiedad se vuelva un enemigo fácil de domar. No dejes que te intimide un jurado o una nota, ni siquiera lo que otros piensen del resultado. Al final, si tu crees en lo que hiciste, el resto también creerá. ¡Ánimo! Tu vida será exitosa independientemente de si alguna vez te fue mal exponiendo. Repito, un examen JAMÁS definirá quién eres en la vida.




