Aldana Micaela Pereira Aquino
aldana.pereira@ucb.edu.bo
La definición de procrastinación, según la Real Academia Española, es la acción de diferir o aplazar. Sin embargo, según el artículo del New York Times «Procrastinar no es un asunto de holgazanería, sino de manejo de las emociones» de Charlotte Lieberman, solo se toma en cuenta la raíz latina procrastinare que significa postergar hasta mañana, dejando de lado otra palabra griega de la que deriva, akrasia que significa hacer algo en contra de nuestro mejor juicio.
Por lo tanto, se habla de una actitud irracional que ocurre por nuestro afán de cubrir las necesidades a corto plazo en vez de las de a largo plazo. Esto surge debido a que optamos por realizar acciones que nos den un gratificante o premio en un periodo de tiempo corto. Esto hace que se vuelva a repetir este comportamiento convirtiéndose en un ciclo difícil de romper, a menos de que logremos organizar nuestras emociones y prioridades.
Las causas de este comportamiento son variadas, pues influyen aspectos personales y del entorno. En el caso personal, generalmente se asocia con niveles de depresión, ansiedad, desorganización y temor al fracaso. El individuo se siente incapaz de realizar una tarea y decide posponerla para no evidenciar que no puede realizarla. Durante este proceso el procrastinador se siente ansioso por el plazo de realización de la tarea, su nivel de dificultad y desempeño personal. Así que se habla de un proceso en el que el estrés está casi siempre presente.
Sin embargo, no todos los procrastinadores cubren este perfil, según Hsim y Nam, existen dos tipos de procrastinadores: los tradicionales y los activos. Los primeros son los que tienen dificultad para tomar decisiones y debido a no completar las tareas a tiempo. Los procrastinadores activos son aquellos que trabajan bajo presión y toman decisiones deliberadas. Este tipo de procrastinadores se parecen a las personas que no procrastinan debido a que no acumulan tanto estrés y aprovechan el tiempo postergado para poder liberar las emociones negativas. A la hora de hacer la tarea, sienten la presión y suelen imaginarse escenarios negativos respecto a su capacidad para tener resultados satisfactorios. Es decir, que utilizan las emociones e ideas negativas como un aliciente para tener mejores resultados de los esperados.
Existen muchas formas de combatir la procrastinación. Algunos enfoques están en aprender técnicas de organización, otros en regular las emociones y crear espacios para descargar el estrés. A continuación te daremos algunos consejos que pueden ayudar a reducir tus hábitos de procrastinación:
Medita: Debes darte un tiempo para pensar y establecer qué debes hacer y, más importante, porqué debes hacerlo. Al darte cuenta de a dónde quieres llegar ayuda a que tengas mayor motivación en hacer tareas pequeñas que te ayuden a llegar a tu meta deseada.
Haz lo que definiste hacer: Si decidiste que quieres descansar de tus trabajos y hacer otra cosa, hazla; pero enfócate netamente en el descanso y no hagas ninguna tarea o trabajo. En esta era hiperconectada en la que vivimos a veces es difícil desconectarse del trabajo o los estudios, pero debes tener momentos para ti. Al descansar mientras estás en el celular coordinando algunas reuniones de trabajo, sigues trabajando, así que cuando se pase tu descanso seguirás igual de agotado que al principio.
Aplica la regla de los 5 minutos: Cuando no quieras realizar una tarea o deber que sabes que es importante, proponte hacerla por cinco minutos. Después de este plazo tu cuerpo entrará en modo trabajo y no podrás posponerla.
La Técnica Pomodoro: Esta fue inventada por Frances Cirillo en la década de 1980. La misma consiste en optimizar el tiempo y la eficiencia concentrando 25 minutos en una tarea específica, bloqueando todo lo demás. Después de este tiempo te puedes dar un descanso de 5 minutos que te ayude a desconectarte, estirarte e incluso alimentarte. Es importante que te des descansos, alguien cansado tiende a procrastinar más y ser menos eficiente.
Recuerda que la procrastinación es una forma en la que tu cuerpo te dice que algo no está funcionando bien y que tal vez debes ponerte a analizar tus objetivos. Tampoco es necesario que todo el tiempo estés haciendo algo, se nos ha enseñado que el estar quieto es símbolo de fracaso, pero en realidad solo puedes estar tomando aliento para hacer cosas grandes. Todas las personas trabajan y viven a su ritmo. Lo importante es que disfrutes el proceso.
Te dejamos a continuación algunos videos que tal vez puedan interesarte y ayudarte a vivir esta jornada con tu procrastinación:
https://www.youtube.com/watch?v=-AOrPYzNYcY&ab_channel=FredLammie
https://www.youtube.com/watch?v=PG6oFK0a1NA&ab_channel=Unilingo