Mons. Jesús Pérez Rodríguez Ofm (1936 – 2021)
ARZOBISPO METROPOLITANO EMÉRITO de SUCRE
CAMINO A LA CASA DEL SEÑOR (+ 23 de marzo de 2021).
“Mons. Jesús Pérez Rodríguez falleció después de unos meses de enfermedad en la geriatría de la parroquia del Hospicio en Cochabamba el 23 de marzo, fiesta de Santo Toribio de Mogrovejo, patrono de los Obispos de América. Era Sacerdote franciscano por 59 años y Obispo por 35 años y medio.
“Fue un gran Servidor de Dios, alegre hermano franciscano, chuquisaqueño de corazón, incansable pastor de su grey, predicador, periodista, e historiador del Convento de la Recoleta en Sucre.
“Monseñor Jesús Pérez fue el fundador de la Academia Boliviana de Historia Eclesiástica (ABHE) hace más de 25 años. Buscador y conciliador de la paz, amante de la Sagrada Escritura y de la Liturgia, catequista y maestro.
“Jesús Pérez Rodríguez nació el 19 de junio 1936, en Las Palmas de Gran Canaria, España. Hijo de Manuel Pérez y Juana Rodríguez. El certificado de su Bautismo, el 12 de julio, tenía a vista de todos colgado en la pared de su recibidor. Nos recordaba que el día del Bautismo es la fecha más importante de nuestra vida y habría que festejarlo.
“Desde niño sintió la vocación de seguir a Jesús de quien recibió su nombre en el bautismo según el ejemplo del “poverello” de Asís. El 3 de octubre 1954 comienza su noviciado en el Convento de Nuestra Señora de Loreto, Sevilla. Hace sus Votos temporales el 9 de octubre 1955 y comienza sus estudios de filosofía en Sevilla. El 9 de octubre 1958, celebró la profesión de sus Votos Solemnes en el Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, Cáceres. En este mismo mes comienza sus estudios de Teología. Se ofrece voluntariamente ir de misiones a Bolivia.
“Llega a Sucre, el 26 de julio 1960. Continúa sus estudios de Teología en el Seminario Conciliar “San Cristóbal”. El 29 de junio 1962 recibe la ordenación de Presbítero de manos del Arzobispo José Clemente Maurer.
“Testimonio de austeridad. Entendió su vida y su ministerio al estilo de Jesucristo. Intentó vivir con sencillez y en humildad. Austero consigo mismo y generoso con los demás. Para sí mismo se ahorraba detalles aun necesarios, pero con los demás compartía con alegría y con desprendimiento. Practicaba la actitud de la gratuidad. Tal vez por esta razón siempre ha vivido en espíritu de libertad. Libre de condicionamientos personales, familiares, sociales.”
(Fuente: Ricardo Centellas Guzmán, Arzobispo; Adolf Josef Bittschi, Obispo auxiliar).